lunes, 16 de enero de 2012

Fotografía y realidad social.

Varias mujeres portan el féretro de uno de los trabajadores muertos el 3 de marzo de 1976





Creo que hoy es el día más apropiado para colgar esta fotografía.

El tres de Marzo de 1976 en Euskal Herria, una de sus ciudades, Vitoria-Gasteiz, sufrió la mayor agresión vivida en su historia contra la clase obrera. Cinco trabajadores fueron asesinados y más de cien resultaron heridos, la mayoría de bala, a resultas de los disparos efectuados por la policía armada española al desalojar una iglesia, previamente gaseada, en la cual se celebraba una asamblea de trabajadores en huelga.

La policía “premeditadamente” dejó que se llenara la iglesia con alrededor de cinco mil personas, permaneciendo en el exterior un número similar, y fue en ese momento cuando mandó desalojar la misma. La multitud allí congregada ante el temor de ser aporreada y agredida en su salida, se negó al abandono del recinto religioso. Hay que recalcar que los templos estaban protegidos por el Concordato, por lo cual no podían actuar ni acceder a su interior las Fuerzas Armadas, salvo urgente necesidad.

Para proceder al desalojo, la policía atacó y asaltó la iglesia con gases lacrimógenos y material antidisturbios, por lo que presos del pánico y la asfixia, los allí congregados comenzaron a salir huyendo, momento en el que los policías procedieron a golpear y disparar indiscriminadamente tanto sobre los que intentaban escapar, como sobre los que desde el exterior atraían su atención para dejar vía libre a los que abandonaban aquel infierno.

La policía en aquella época estaba dirigida por Manuel Fraga Iribarne, por lo que hoy, un día después de su muerte veo necesario recordar todos los crímenes que cometió este franquista convertido en demócrata de toda la vida, estos crímenes nunca fueron juzgados.

Manuel Fraga: Ni olvido, ni perdón.

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